Misa

La Misa es el sacrificio eucarístico del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, que Él instituyó en la Última Cena para perpetuar el sacrificio de la cruz por los siglos, hasta su vuelta, y confiar así a la Iglesia el memorial de su muerte y resurrección. En la celebración eucarística Cristo, substancialmente presente bajo las especies del pan y del vino, por el ministerio del sacerdote, se ofrece a sí mismo a Dios Padre, y se da como alimento espiritual a los fieles unidos a su oblación.

La Santa Misa es el acto central de culto en la Iglesia católica y de toda la vida cristiana. Los demás sacramentos y todas las obras eclesiásticas de apostolado se unen estrechamente a la santísima Eucaristía y a ella se ordenan.

La Misa se divide en dos partes principales: la liturgia de la palabra, que comprende la lectura de las Sagradas Escrituras y eventualmente la homilía; y la liturgia eucarística, que comienza con la ofrenda, continúa con la Consagración del pan y el vino –que se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo–, y concluye con la recepción de la Comunión.

Los elementos esenciales son el pan de trigo y el vino de vid mezclado con unas gotas de agua, sobre los cuales se invoca la bendición del Espíritu Santo, y las palabras de la consagración pronunciadas por el sacerdote, in persona Christi, con la intención de consagrar. Está prohibido consagrar una materia sin la otra, o ambas fuera de la celebración eucarística.

La Santa Misa se celebra en lengua latina o en otra lengua, con tal que los textos litúrgicos hayan sido legítimamente aprobados.

La celebración de la Misa puede realizarse en la forma ordinaria, según el Misal aprobado por Pablo VI cuya última edición es de Juan Pablo II, o en la forma extraordinaria, siguiendo el Misal aprobado por Juan XXIII en 1962. Son dos formas de un único rito romano. Esta facultad de celebrar en ambas formas fue establecida y regulada por Benedicto XVI en 2007.

Los fieles tienen obligación de participar en la Misa los domingos y fiestas de precepto. A los sacerdotes se pide que celebren frecuentemente, y se recomienda encarecidamente la celebración diaria. De ordinario no es lícito celebrar o concelebrar más de una vez al día, salvo en los casos previstos por el derecho.

Los sacerdotes pueden recibir una ofrenda o estipendio para aplicar la Misa por una determinada intención.

Fuentes: Const. Ap. Sacrosanctum Concilium n. 47; CIC c. 897, 899-933; Catecismo de la Iglesia Católica n. 1412; Motu proprio “Summorum Pontificum” (7-VII-2007)

Voces relacionadas: ALTAR, BINACIÓN, COMUNIÓN EUCARÍSTICA, CONCELEBRACIÓN, ESTIPENDIOS, EUCARISTÍA, LITURGIA, SACERDOCIO, SACRAMENTO

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