Auditor general
La oficina del Auditor general es el ente de la Santa Sede al que se confía la revisión de la gestión económica de los dicasterios de la curia romana, las instituciones relacionadas con la Santa Sede y las administraciones del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Dirige la oficina el Auditor general, ayudado por dos auditores adjuntos. Deben ser personas de probada reputación, libres de conflictos de intereses y con reconocida competencia en el sector de sus actividades. El nombramiento corresponde al Papa, que recibe del coordinador del Consejo para la economía –oídas otras autoridades– una lista de al menos tres candidatos.
Las funciones del Auditor general, que realiza con total autonomía e independencia, son las siguientes: examinar la contabilidad y administración de los entes mencionados anteriormente; llevar a cabo controles especiales cuando lo considere necesario o lo pida el Consejo para la economía; recibir avisos de anomalías en la actividad de los entes y realizar las indagaciones del caso; proponer a la autoridad competente las medias apropiadas.
El Auditor somete al Consejo para la economía un programa de revisión anual y un informe sobre la actividad realizada. También envía un informe a la AIF, cuando descubra actividades relacionadas con el reciclaje, y a la autoridad judiciaria las posibles actividades criminales.
Fuentes: Estatuto de la Oficina del Auditor General (22-II-2015) (traducción); Motu proprio “Fidelis dispensator et prudens” (24-II-2014) nn. 4-6; Motu proprio que transfiere la competencia del APSA a la Secretaría de asuntos económicos (8-VII-2014)
Voces relacionadas: AIF, APSA, CONSEJO PARA LA ECONOMÍA, IOR, PREFECTURA DE ASUNTOS ECONÓMICOS, SECRETARÍA PARA LA ECONOMÍA
Quiénes forman la Oficina del Auditor General
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